jueves, 19 de febrero de 2015

Torre de Villademoros - Cadavedo

TORRE DE VILLADEMOROS (Cadavedo)
Villademoros s/n

En el mismísimo corazón de Cadavedo, Valdés, a apenas diez minutos de Cudillero y Luarca, se levanta esta maravillosa torre en medio de unos enormes jardines.

El hotel es pequeño, consta tan solo de diez habitaciones y una suite de lujo. Cada habitación es única, decorada y ambientada en algo diferente y que le da un toque especial. Las diez habitaciones están ubicadas en un hotel de pocos pisos de altura, rodeado de amplios jardines. En el medio de estos jardines, como si de la tierra saliese, se alza la fantástica torre medieval que pone paredes a la inmensa Suite, que será a la que hagamos referencia en este post.

Habitación auxiliar



Subiendo unas escaleras localizadas en la fachada de la Torre, llegas a un pequeño vestíbulo, situado antes de abrir la puerta de tu “habitación” (o casa, término más apropiado). Nada más poner un pie dentro del habitáculo, enfocas unas amplias escaleras pero, antes de subirlas y mirando a la izquierda, puedes observar la habitación de invitados con dos camas individuales y un aseo con ducha.



Habitación principal


En la primera planta está la habitación principal, con una cama de matrimonio de 2x2 y un baño privado, decorado en piedra, dotado de una coqueta ducha con mampara.



Bañera de mármol

Subiendo a la segunda planta, encuentras un bonito salón, con un sofá situado enfrente de la televisión de plasma y un profesional equipo de música con discos de ópera, para hacerte la estancia lo más agradable y relajante posible. Al lado del sofá, se abre paso una enorme y cuadrada bañera de mármol, situada justo debajo de un tragaluz, lo que permite ver las estrellas mientras tomas un espumoso baño.


Azotea


Por último, siguiendo las escaleras, puedes admirar las maravillosas vistas que te brinda la acogedora azotea, toda vestida de madera y dotada de dos tumbonas para disfrutar de un bonito atardecer.


Fachada de la Torre



Las ventanas de la torre, imitando a las ventanas de los castillos medievales, no tienen persianas ni cortinas, por lo que no es posible oscurecer la habitación durante el día.

Sin lugar a dudas, es el hotel más original en el que hemos estado aunque, por supuesto, queda reflejado en la factura, costando una sola noche en régimen de sólo alojamiento 278€.




En nuestro caso, celebrábamos un cumpleaños y llevábamos una tarta a modo sorpresa, la cual pedimos al dueño (Manolo) si podía guardárnosla en la nevera de un día para otro y, encantado, nos la llevó a la mañana siguiente a la habitación acompañada de un par de cafés y zumos de naranja.

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